
El espectáculo mezcla imágenes muy llamativas con ciertos movimientos que desafían la gravedad, logrando un teatro puramente visual, en el que la luz negra en forma de vigas ultravioletas, se utiliza como herramienta coreográfica, para mostrarnos a diez bailarines, vestidos de blanco e iluminados por la luna, flotando por el espacio, acompañados por una banda sonora en la que se mezcla el jazz y el new age, con temas de Brian Eno, Buda Experience, Waveform y Hans Zimmer.
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